Historia - Mi mejor amiga Gia Derza y yo fuimos invitadas a esta fiesta por un amigo mío. Le dije que la recogería. Cuando llegué, todavía estaba en bragas porque no podía decidir qué vestido ponerse. Así que, por supuesto, le ofrecí mi ayuda y juntas elegimos uno rosa fuerte. Se veía tan sexy con ese vestido. Le puse tacones de color piel que hicieron que sus pies se vieran tan femeninos y sexys que apenas podía apartar la vista de ellos. Sus pies siempre me excitaban y hacían que mis bragas se mojaran, pero he sido demasiado tímida para decírselo. Sin embargo, esa noche, pensé que podría ser mi única oportunidad de finalmente probar sus dulces pies. Le quité los tacones y comencé a masajear suavemente sus pies. Obviamente lo estaba disfrutando y después de unos minutos comencé a chuparle los dedos de los pies y a lamer sus suaves y sedosas plantas de los pies de manera sutil y delicada. Al principio se sorprendió, pero lo siguió y antes de que me diera cuenta, ¡estaba tocando mi coño y me corrí por todo su salón! Fue uno de los mejores orgasmos que he tenido jamás. ¡Entonces llegó el momento de irnos y echarnos unas pollas en esa fiesta!
Historia - Mi mejor amiga Gia Derza y yo fuimos invitadas a esta fiesta por un amigo mío. Le dije que la recogería. Cuando llegué, todavía estaba en bragas porque no podía decidir qué vestido ponerse. Así que, por supuesto, le ofrecí mi ayuda y juntas elegimos uno rosa fuerte. Se veía tan sexy con ese vestido. Le puse tacones de color piel que hicieron que sus pies se vieran tan femeninos y sexys que apenas podía apartar la vista de ellos. Sus pies siempre me excitaban y hacían que mis bragas se mojaran, pero he sido demasiado tímida para decírselo. Sin embargo, esa noche, pensé que podría ser mi única oportunidad de finalmente probar sus dulces pies. Le quité los tacones y comencé a masajear suavemente sus pies. Obviamente lo estaba disfrutando y después de unos minutos comencé a chuparle los dedos de los pies y a lamer sus suaves y sedosas plantas de los pies de manera sutil y delicada. Al principio se sorprendió, pero lo siguió y antes de que me diera cuenta, ¡estaba tocando mi coño y me corrí por todo su salón! Fue uno de los mejores orgasmos que he tenido jamás. ¡Entonces llegó el momento de irnos y echarnos unas pollas en esa fiesta!
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